viernes, 8 de marzo de 2013

Tienda mágica


Un día hicimos una terapia de grupo donde teníamos que imaginar que entrabamos a una tienda mágica y pedir un deseo. Y a cambio daríamos algo de nosotras.
Yo pedí la felicidad que tanto necesitaba mi alma y a cambio daba mi fortaleza.
Hoy quiero compartir con todos ustedes la gran alegría que siento en mi interior de saber que hace justo un año que estoy cortada de libertad, prisionera entre estos muros intraspasables. Que tuve que caer en estas circunstancias tan difíciles, para darme cuenta que siempre estuve presa en mi propia cárcel, presa de mí misma, de mis miedos, inseguridades, frustraciones, relaciones vacías. Valió la pena el intercambio que hice, pues gracias a Palmira y a Lydia he encontrado la luz en mi interior. Me han enseñado a ver las cosas de otro color, espero que mi fortaleza les ayude en su largo caminar y a sostenerlas bien, estén donde estén. Yo las llevaré siempre en mi corazón.
Hoy puedo decir que me he liberado de mis cadenas, soy libre y podré volar hacia horizontes nuevos.
El curso de “ser mejor mamá” no sólo me ha enseñado a ser mejor madre, sino a ser mejor hija, compañera, amiga y sobretodo a ser mejor persona cada día.
Palmira y Lydia estaré eternamente agradecida, por ayudarme y compartir la alegría de ser feliz conmigo misma.
Gracias por ayudarme a encontrar el camino hacia la felicidad y enseñarme que la felicidad no está en otro lado, que en nosotros mismas. Sólo hay que descubrirlo. Gracias.
Martha Machado
Palmira y Lydia:
Hoy quiero regalarte mi cariño sincero para que cuando sientas que nadie te acompaña, recuerdes que en paisajes verdes o valles áridos, mi pensamiento siempre te lleva de la mano”.

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